Con el sudor de tu rostro comerás el pan, y no con mantequilla

Parece que los libros de autoayuda al final tenían razón, "Seguro que eres el mejor en algo y eso es lo que te hace único, inconfundible e irrepetible", una animadora frase cuya veracidad hasta ahora ponía en duda, pero ya no hay dudas.

Miguel Lasierra Urdangarín era un ser plano y anodino, escuchaba la música que le ponían, leía las revistas que le dejaban, pensaba lo que le decían que pensara e iba donde la gente fuese. Era completamente olvidable todo el año, pero cuando llegaban las fiestas de su pueblo se convertía en un otra persona.

Desde muy pequeño Miguel había acudido a la peña de su hermano, dónde por medio de la observación aprendió los secretos de todos los juegos de beber que se jugaban en Villalbilla del Carajo, pero uno de ellos era su preferido, el duro.

Al hacerse mayor sus vastos conocimientos unidos a largas sesiones practicas le convirtieron en un verdadero atleta, donde ponía el ojo ponía la moneda. En las épocas festivas se convertía en un espectáculo pero él sabía que podía llegar a algo gracias a su talento, y tenía razón. Hoy goza de un contrato de patrocinio con una empresa puntera a nivel mundial y hace anuncios como Fernando Alonso o Rafael Nadal.

Felicitó a Miguel por su afán de superación y por ese anuncio en el que nos muestra su increíble talento encestando impecablemente en un vaso de cristal. ¡Bravo Miguel!